Sin lugar a duda si, debemos interiorizarlo si aún no lo hemos hecho ya, y pasar a la acción inmediata.
Pero un momento, parémonos sin sobresaltarnos, aunque sea difícil, y diagnostiquemos bien que podemos hacer y que efectos tendría cuantitativa y cualitativamente estas medidas.
La primera parada es obligatoria, concretar cuanta liquidez vamos a necesitar en estas próximas semanas (mi escenario son 10 semanas). Parece una pregunta sencilla, pero no lo es porque depende de otras decisiones que hay que adoptar, y situaciones que aclarar.
¿Vamos a parar la producción? ¿se va a realizar un erte? ¿tendremos retraso en los cobros de clientes que no van a poder cumplir con los plazos? ¿hay algún contrato que vamos a perder como consecuencia de esta situación? ¿podemos ampliar el plazo de pago a proveedores? ¿Tendré costes para reactivar mi actividad? ¿Habrá mermas de materias primas o de cualquier otro bien que tendré que reponer? ¿Podemos flexibilizar el pago de los costes fijos?
La contestación a estas y otras cuestiones dependerán de muchas cosas, pero es necesaria la reflexión y tomar estas decisiones ya, cuanto más tarde, mas relevancia en la cuenta de resultados y en la liquidez tendrá.
A partir de esta reflexión, conoceremos la liquidez que necesitamos para soportar esta situación, y ojo, incluiremos también y muy importante, cuanto necesitaré para reiniciar la actividad una vez haya concluido el estado de crisis. Esta cifra sugerimos se cuantifique teniendo en cuenta un escenario realista, y otro pesimista.
Una vez aclaradas las necesidades de liquidez, deberíamos tener claro cual va a ser el escenario después, y visualizar como vamos a cerrar el año 2020, e incluso el 2021 y 2022. Es importante tener este plan de negocio, y saber hacia donde vamos para tener una guía no solo para la propia empresa y su equipo, sino también, para poder compartirlo con financiadores. Hoy más que nunca, es vital tener esa visibilidad tanto en la cuenta de perdidas y ganancias como en nuestro balance.
El pasado 6 de septiembre de 2019, ya hacíamos la reflexión de si estábamos o no sacando provecho a nuestra capacidad de endeudamiento por las adversidades que pudiesen venir este 2020.Pues bien, lamentablemente las cosas están siendo mucho peor de lo que pensábamos, pero las soluciones desde el punto de vista de acceso a la liquidez también son mejores, y muchas más de las que muchos piensan. Conozcámoslas.
La primera de todas y conocida por todos, son las medidas del gobierno para inyectar liquidez donde ayer se autorizo el primer tramo (veremos el resto de tramos lo que tardan). No obstante, éstas dependen de que la banca conceda prestamos y no sabemos cuanto tiempo van a tardar en hacerse efectivas, y probablemente no en todos los casos se pueda llevar a cabo con total certeza.
El resto de las opciones, pasan por la banca tradicional fuera del perímetro de las ayudas del gobierno, y la banca alternativa.
La banca tradicional ya es conocida por todos, y como seguro saben y viven en sus propias carnes, depende mucho de la entidad, de su situación, de su estrategia, del interlocutor y del nivel de interlocución, de que entiendan el negocio y su momento, del sector, etc.
La banca alternativa es más dinámica, está fuera de CIRBE, y ofrece al igual que la banca, todas las modalidades de financiación, ya sean de circulante (factoring, confiming, descuento, póliza de crédito, etc) como de largo plazo (prestamos, rentings, leasings, etc) con algunas opciones que la banca difícilmente ofrece.
Me estoy refiriendo por ejemplo a la posibilidad de hacer rentback o leaseback (venta de activos de la compañía recibiendo liquidez), o el acceso a fondos de deuda, que permiten obtener financiación a largo plazo con muchas facilidades en el pago de cuotas (incluso una única cuota a vencimiento).
Como ven, hay múltiples opciones, y desde Kaizen consulting, nos ponemos a su disposición para acompañarles en este momento tan delicado:
- Ayudándoles a obtener liquidez
- Realizando sus planes de negocio a 3 años con una visión también cualitativa
- Diagnosticando el efecto en la empresa de la actual situación de crisis, y estableciendo planes de acción concretos y medibles frente a ella.
Así pues a por ello, animándoles a que en situaciones extremas como esta, elijamos la actitud correcta, una actitud flexible y positiva nos ayudará mucho a resolver con éxito este reto, que sin duda alguna sacaremos adelante, y nos hará mas fuertes para futuros desafíos que sin duda surgirán.
¡Vamos!